Acabo de descubrir por qué mi compañero, amigo y Maestro Sensei del montañismo, Kepa, tiene un labrador, sí, este encantador perro que se suele colar en las fotos que me hago en el monte.
Esta tarde le he hecho a Kepa el favor de sacar a pasear a Koska, así se llama el adorable bicho de unos 40 kilos, y me he dado un paseo por el bidegorri esperando a que el animalito hiciera sus necesidades.
Pues bien, os juro que no recuerdo un sólo día en mi vida en el que me hayan sonreído tantas mujeres en tan poco tiempo y espacio, y sí, a mis casi 38 tengo asumido que no me sonreían a mí porque sí, sino por la presencia de Koska.
Lástima que un piso de 70 metros cuadrados no sea el lugar más adecuado para tener a un animal como ese, que si no ya le estaba copiando el truco a Kepa...
No hay comentarios:
Publicar un comentario