Sé que más de uno estará pensando
"por fin, ya era hora de que diera señales de vida". Debo reconocer que el
silencio de estos últimos días no se ha debido en absoluto a falta de ganas,
sino más bien a una responsable prudencia, porque en caliente uno puede llegar
a decir y escribir cosas que le salen directamente de las tripas sin haberlas
filtrado antes por la cabeza, como quizás me ocurrió con la última entrada que
publiqué. Algún día, cuando todos seamos abuelos y ya no tengan mayores
consecuencias, puede que comparta con vosotros los borradores de los artículos
que no he llegado a publicar durante estos días.
jueves, 18 de junio de 2015
domingo, 7 de junio de 2015
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