No es
la primera vez que confieso que en esto de la política municipal hay
ocasiones en las que uno no puede evitar sentir, cuando menos, cierta
frustración e incluso perplejidad.
Frustración
porque en estos más de tres años de legislatura han sido muchas las
propuestas del PSE-EE de Ortuella que finalmente se han quedado en el
cajón simple y llanamente porque la experiencia nos ha ido
demostrando que, por muy provechosas que pudieran ser para nuestro
Pueblo, el hecho de que sean aprobadas por el Pleno no significa que
vayan a salir adelante como debieran, puesto que al final su gestión
queda siempre en manos del Equipo de Gobierno del PNV, que nos ha
demostrado que cuando las propuestas de peso no son suyas, una de
dos, las olvida para tiempo después recuperarlas como si fueran
suyas, o peor aún, a su actitud reacia a ponerlas en marcha se suma la desgana con que las gestionan abocándolas a un rotundo fracaso.
Dos
claros ejemplos de lo que quiero decir:
- Consejo Municipal de Empleo y Desarrollo Económico, que tras meses de retraso para ponerlo en marcha, moción incluida en la que denunciábamos el incumplimiento del acuerdo plenario por parte del anterior Alcalde, éste lo convocó tan sólo tres veces y únicamente para hablar del Plan de Empleo Comarcal de Lanbide, y el actual Alcalde lo ha convocado tan sólo una vez con un rotundo fracaso de asistencia, por otro lado totalmente comprensible por la forma en la que el PNV ha desaprovechado esta herramienta.
- Plan General de Ordenación Urbana, tres años después de aprobarse en Pleno nuestra propuesta, seguimos sin tener un nuevo equipo redactor que dote a las reuniones del Consejo Asesor de un contenido fundamentado, tal y como yo mismo he hecho constar en repetidas ocasiones en esas mismas reuniones. Mucho me temo que, para cuando por fin se contrate al equipo redactor, el impulso participativo de este Consejo quede en nada por puro agotamiento. Valga como prueba de lo que digo el hecho de que ya ni siquiera asisten a las reuniones los representantes del Colegio de Arquitectos Vasco Navarro.
Lo
ocurrido con propuestas como éstas provoca que al final muchas
otras, como ya he dicho, por pura frustración se queden en el cajón.
Es el caso, por ejemplo, de la iniciativa que llevábamos en nuestro
programa electoral de 2011 y a la que dimos el nombre de Proyecto de
Pueblo Educativo que podéis leer en este enlace.
Basándonos en esas experiencias anteriores y dando por hecho que el
PNV no tendría el más mínimo interés por desarrollarla, ya fuera
por su complejidad o por no ser una idea suya, acabamos renunciando a
presentarla para su debate en el Ayuntamiento.
Eso sí,
a pesar de todo, no renunciamos a presentar en junio de este 2014 una
propuesta, cuyo texto íntegro podéis ver en este otro enlace,
que en el fondo no era más que un primer paso para lograr el
objetivo más ambicioso del Proyecto de Pueblo Educativo. A pesar de
su sencilla puesta en marcha, nunca más se supo de esa propuesta
para la constitución de una Comisión Monográfica de Educación.
Otra gota más en el vaso de la frustración.
Y no me
olvido de que al principio de esta entrada también he hablado de
perplejidad. Pues bien, perplejidad es el único efecto que puede
provocar la facilidad con la que, tan frecuentemente, uno se
encuentra con personas, sean del partido que sean, que habiendo
formado gobierno durante varias legislaturas sólo son capaces de
percibir la importancia de asuntos como éstos cuando están en la
oposición. Siempre les cabrá la posibilidad de decir que como no
eran del grupo mayoritario del gobierno no les dejaban hacer o no les
hacían caso...
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