domingo, 24 de enero de 2016

Las señales están ahí...


Sincronicidad. Venga, vale, lo reconozco, he tenido que buscarlo en Internet, pero os juro que ha sido porque no recordaba la palabra exacta, pero, aunque no aparezca en la web de la RAE, sabía que existía y conocía su significado. Seguro que ha sido por pasar hoy tanto rato a más de 2.000 metros de altitud.

Seguro que a más de un@ de vosotr@s también os ha pasado. Seguro que habéis tenido la sensación de que una cadena de casualidades os estaba llevando en una dirección o que quizás pretendían deciros algo.

Igual yo soy el raro y ciertamente se deba a que últimamente no me llega suficiente oxígeno al cerebro por empezar a hacer deporte a estas alturas de la vida, pero llevo un par de semanas que tengo esa sensación, la de ser la "víctima" de una sincronicidad.

La primera "alerta" ocurrió hace 15 días, cuando estaba viendo "Alma salvaje", la penúltima ayer cuando estaba viendo "La vida secreta de Walter Mitty". No voy a defender la calidad cinematográfica de ninguna de las dos, ni si quiera sabría decir si la tienen, sólo sé el efecto que ambas han tenido en mi estado de ánimo.

Esas sensaciones se multiplican por mil cuando tengo la oportunidad de contemplar paisajes como el que hoy mismo he podido disfrutar desde las cimas que rodean la estación de Alto Campoo, eso cuando el viento cejaba en su intento de despeñarnos.

Sólo sé que hay ocasiones en las que las señales están ahí, son claras, y lo importante es saber si se es capaz de interpretarlas y de seguirlas, y en esas estoy...

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