Ésa es seguramente la frase que
más se estará oyendo hoy, tanto en la sede del PNV de Ortuella, como en el
despacho de nuestro Alcalde después de haber leído las páginas 2 y 3 de El
Correo de hoy:
En el pleno del 9 de julio de
2014, con los votos a favor del PNV, la abstención de Bildu y los votos en
contra del PSE-EE, esa misma empresa, Bi Sport, fue la adjudicataria del
contrato de gestión de las instalaciones deportivas de Ortuella.
Desde el PSE-EE de Ortuella ya
criticamos repetidas veces todo lo ocurrido con este contrato:
- empezando por el excesivo tiempo que tardó el Equipo de
Gobierno en presentar los pliegos para la renovación del contrato
- pasando por la demora a la hora de evaluar las ofertas
presentadas debido al, como ya dijimos, extraño empeño en que fuera un técnico
del Ayuntamiento de Getxo, y no de cualquier otro municipio más cercano, el que
colaborase en esa evaluación, dado que el Ayuntamiento de Ortuella no cuenta
con técnicos de deportes
- y acabando con las propias puntuaciones que resultaron de
esa evaluación técnica
Finalmente, lo aprobado por el
PNV en aquél pleno tuvo que ser anulado porque resultó que la oferta de Bi
Sport ni siquiera debió ser aceptada porque no cumplía con el requisito de
tener experiencia en la gestión de dos contratos similares al de Ortuella.
No es que vaya ahora a presumir
de olfato, pero la verdad es que, tal y como ya dije en aquel pleno, todo el
proceso despedía cierto tufillo.
Vamos, que estoy convencido de
que hoy, más de uno, al abrir El Correo, ha sentido un escalofrío en la espalda
y se ha dicho a sí mismo: “Macho, de la que nos hemos librado”.
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